Al presupuesto sectorial de 21 mil millones de pesos y fracción, se suman 3.977 millones de pesos por emergencia más 5600 millones aproximados de recursos apalancados con el Gobierno Regional para el apoyo a frutales, riego y otros, que están en su segundo año de ejecución. “Si hablamos del monto total de ejecución de la región de Ñuble, hablamos de cerca de los 27 mil millones de pesos”, destacó el director regional (s) de INDAP, Luis García Chávez.
Con siete emergencias agrícolas y una mayor carga presupuestaria se desarrolló el año para la pequeña agricultura de Ñuble, lo que, sin embargo, no impidió que se realizara la labor de fomento productivo que constituye la columna vertebral de INDAP. "Ha sido un año muy complejo y de muchas de emergencias agrícolas", comentó Luis García, quien señaló que desde que se iniciaron las emergencias en el mes de enero, no han dado tregua a la región.
En enero, febrero, se produjeron incendios forestales, dónde fueron afectados pequeños agricultores de Quillón, principalmente, a quienes se entregó ayuda material por 28 millones y fracción para la rehabilitación de los sistemas productivos de 27 familias campesinas.
En marzo y hasta mayo, se decretaron 2 emergencias de déficit hídrico, donde se apoyó a 1433 pequeños agricultores con un monto de 123 millones. Posteriormente se llevó a cabo el Plan Siembra por Chile, con eje en programas: déficit hídrico, apoyo a cultivos tradicionales y fertilizantes para Chile. En la línea de déficit hídrico, apoyamos a 2725 agricultores, con una suma de 545 millones de pesos. En el ítem de cultivos tradicionales, Siembra por Chile entregó recursos por 2 mil 404 millones de pesos, apoyando a 5700 agricultores. “En el apoyo a cultivos tradicionales, se logró incluso revertir la baja en cuanto a intenciones de siembra, incluso superando la expectativa respecto de años anteriores, como ocurrió con el trigo, que aumentó en un 3,2 por ciento la superficie sembrada”, destacó el director de INDAP Ñuble. Posteriormente, se entregaron recursos para la compra de fertilizantes, debido al alza por sobre el 200 por ciento en el costo de estos insumos agrícolas, a consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania. La entrega de fertilizantes tanto convencionales como bioinsumos, según la línea productiva, permitió apoyar a 4147 agricultores con una inversión de 701 millones de pesos.
Lamentablemente, las emergencias no se detuvieron aquí. En septiembre se dio a conocer la plaga que afectó a los productores de frutillas del sur de Chile, a consecuencia de un nemátodo que afectó a la producción. En este caso, se trabajó coordinadamente con el Servicio Agrícola y Ganadero que entregó de la nómina de los agricultores cuyas muestras arrojaron resultado positivo a la plaga en los huertos, la que cruzada con las bases de datos de INDAP permitió identificar con rapidez a los productores. Además, se incluyó a productores afectados de manera visible en el huerto. Se apoyó a 191 agricultores que presentaban daño por 63 millones 816 mil pesos.
A la par de la emergencia del nemátodo de la frutilla, un gran evento de granizada y heladas durante octubre, generó daños irreversibles en algunas viñas, emergencia que terminó de resolverse para el apoyo a los afectados el día miércoles 7 de diciembre con la compra de bioestimulantes para los 548 pequeños productores afectados, por un monto de 11 millones 600 mil pesos. “En estas siete emergencias, tenemos una inversión total de 3 mil 977 millones de pesos, que resultaron en 14 mil 781 incentivos o apoyos directos para la agricultura familiar campesina. Hablamos de apoyo y no se usuarios, ya que en algunos casos, hay agricultores que han recibido más de un apoyo dependiendo de la zona geográfica o de sus sistemas productivos”, comentó el directivo, quien resaltó que al momento de declararse una emergencia se realiza un levantamiento de terreno de las personas que resultaron con daños y este catastro es el resultado de un trabajo conjunto con los asesores técnicos, Prodesal y los equipos de las agencias de área, y se verifica de acuerdo a las capacidades operativas la veracidad o dimensión de los daños y se prioriza el mayor daño pagando proporcionalmente a la superficie. “En el caso de las heladas en viñas, por ejemplo, INIA realizó un trabajo en terreno para determinar los daños y las comunas afectadas y de acuerdo a esto se hizo la selección de agricultores afectados, ya que debemos cautelar el buen uso de los recursos fiscales, y que el recurso llegue a quien realmente lo necesita”, señaló, agradeciendo además el trabajo y compromiso de los funcionarios y funcionarias de INDAP para lograr estos resultados.