Esta actividad, enmarcada en la campaña “Salvemos los bosques azules”, permitió a los pequeños exploradores adentrarse en el fascinante mundo de los bosques de algas, combinando navegación con aprendizaje didáctico y entretenimiento.
Quemchi: Bibliolancha y los bosques azules
La iniciativa no solo fomentó el amor por la lectura y el conocimiento marino, sino que también intercambió saberes con los participantes sobre la importancia de conservar estos ecosistemas únicos. Los niños, con entusiasmo y curiosidad se adentraron en la riqueza natural de su entorno mientras navegaban por aguas que esconden misterios y maravillas submarinas.
Así, se cerró un ciclo educativo innovador impulsado por la campaña “Salvemos los Bosques Azules” que recorrió varios establecimientos escolares en Chiloé, el que finalizó en la Bibliolancha, en el marco del Día del Océano.
La Bibliolancha es una experiencia única en Chiloé y en Chile, biblioteca itinerante que ya lleva 29 años de existencia, todo un patrimonio para el archipélago, que visita en sus recorridos s las islas Tac, Metahue, San José, Añihué, Mechuque, Voigue y Cheniao, en los sectores de Chauques y Butachauques llevando libros, lecturas y actividades culturales. En esta ocasión, fue junto a la campaña “Salvemos los bosques azules”, haciendo un recorrido hacia lugares de macroalgas.
Uno de los establecimientos que participó, fue la Escuelas rural de Huite y su profesora, Cecilia Mansilla, destacó lo siguiente de la iniciativa: “La actividad programada por #bosquesazules.cl y la Bibliolancha resultó ser una experiencia muy motivadora para los estudiantes de hecho pidieron a la Bibliolancha que en primavera pudieran visitar nuevamente los lugares donde se pueden observar bosques azules”.
Agregó la docente: “Destacar la presentación realizada por Álvaro Montaña que hizo participar a los estudiantes y dando respuesta a cada una de las interrogantes de los niños y niñas (…) Es primera vez que como escuela participamos de una actividad del día de los océanos, ojalá la sigan realizando y puedan más escuelas tener la oportunidad de vivir esta experiencia”.
Por su parte, Francisco Díaz, gestor cultural, quien está a cargo de de la Bibliolancha, sobre la actividad destacó lo siguiente: “Destaco mucho la creación de este vínculo, fue muy bonito para nosotros y también para los niños y las niñas también darnos cuenta de que el mundo marino, el maritorio es parte del día a día de los niños. Ellos tenían mucho conocimiento de su mar, de sus playas, y no es algo como ajeno a ellos. Tomaron mucha atención a la charla de Álvaro (Montaña), que estuvo muy, muy buena, muy didáctica”.
Agregó Díaz: “Y funcionó muy muy bonito. Fue muy fue muy lindo la mañana, muy bonito este tipo de celebración. Fuimos a conocer unos bosques azules que hay muy cerca de Quemchi, navegamos harto, nos tocó lluvia, pero estamos acostumbrados los chilotes a las condiciones climáticas, así que los niños felices. Nosotros también queremos que pueda seguir este proyecto, nos encantaría llevarlos a otras islas y crear conciencia de la importancia de cuidar nuestros mares, de cuidar los ecosistemas (…) Y bueno, yo creo que hoy los niños nos dieron ellos una gran sorpresa al mostrarnos que están muy enterados también de dónde ellos viven”.
.Bibliolancha y su relación con el mundo marino
La profesora Cecilia Mansilla, señaló: “La bibliolancha para nosotros ha sido una oportunidad de descubrir una nueva forma de hacer educación lúdica, entretenida y con un contenido pertinente al territorio donde viven los estudiantes, por ejemplo, hoy el hecho de navegar y mostrar a los niños los lugares donde se pueden encontrar bosques azules y que puedan hacer preguntas y aclarar dudas disfrutando de la naturaleza. Y esto es solo un ejemplo de lo que significa la bibliolancha principalmente para las escuelas rurales y habitantes de las islas más insulares”.
Y desde la Bibliolancha, Francisco, comenta sobre esta relación: “Bueno, nosotros como bibliolancha y la relación que tenemos con el mundo marino, vamos de la mano siempre, siempre con talleres de cuidado ambiental, muchos libros de naturaleza, de fauna, de biodiversidad y tratamos de darle un empuje a este tema porque es muy importante para nosotros. Nosotros conocemos muy bien lo que pasa en las playas, en el mar, con la contaminación de las salmoneras, de las choreras, porque lo vemos, lo vemos a diario”.
También comenta Francisco: “Entonces tratamos de inculcarle a los niños la preocupación por este tema, tratar de llevarlo en el día a día a sus casas, que sea una intriga permanente esto de cómo se puede cuidar, se puede mejorar, el cuidado del medio ambiente y sobre todo el océano, que el mar, que es donde nosotros convivimos, porque igual nosotros somos un archipiélago, entonces el mar está rodeándonos todo el rato y nosotros estamos moviéndonos en él. La mayoría de los papás, de los niños con los que trabajamos son pescadores, marisqueros, nosotros mismos igual somos pescadores, somos marisqueros desde niños, aquí se enseña eso desde siempre”.
“Y si no lo cuidamos vamos a estar así con hartos problemas a futuro. Porque igual nosotros lo hemos vivido también, desde que llegó la salmonera acá empezó a desaparecer el pescado. Cuando nosotros éramos niños uno podía pescar en cualquier lugar y ahora ya no. Hay ciertos lugares en donde tú puedes pescar algo y en la mayoría de las playas ya no se puede porque no hay pescado (…) Entonces hemos visto también ese proceso y queremos que los niños crezcan con ese bichito del cuidado ambiental, medioambiental, el cuidado de nuestros mares”, afirma Francisco Díaz.
Educación y mundo marino en Chiloé
La profesora de la Escuela de Huite, Cecilia Mansilla, considera que “el curriculum en educación es muy centralizado. Las acciones que se hacen por trabajar de forma más local son esfuerzos que realizan los docentes y que considero cada día nos hemos ido atreviendo más a romper un poco el esquema de la sala de clases”.
Agrega: “Conocer el mundo marino y principalmente la importancia de las macroalgas o bosques azules para el medio ambiente, trabajar e involucrar a los estudiantes, despertar conocimientos que están en nuestra cultura es una gran tarea y actividades como estas nos aportan significativamente”.
Francisco, el bibliolanchero: “Me hace muy felíz la bibliolancha”
Consultado sobre el sentido y significado de ser bibliolanchero, Francisco Díaz, comparte:” Bueno, para mí bibliolanchero es en mi vida. Yo estoy todo el día y la noche pensando en los talleres que voy a llevar, en qué les va a gustar a los niños, qué les gusta, qué puedo conseguir para llevar a las islas, a los colegios. Y se ha transformado también en la vida de mi familia. No sé, mi hijo más pequeñito, él ya es cuentacuentos, tiene nueve añitos y me encanta de ir a contar cuentos”.
También comenta: “Y es como la vida que nosotros le mostramos. También mi compañera igual, ella es narradora. Y no concibo la vida sin mi lancha, sin este proyecto, que en realidad el proyecto es un proyecto familiar, lo creó mi madre en el 95 y bueno, hace casi 10 años que la llevo yo. Pero eso es mi vida, yo creo”.
“La Bibliolancha es todo para mí. Me hace muy feliz tener ese vínculo con los niños, que no se te estén esperando con algún dibujo de la lancha de mí, es muy bonito. Y aparte que uno le acerca el arte a estas comunidades que no tienen ese acceso, que es difícil. Acá en Chile es muy difícil tener acceso al arte, a la cultura, no me refiero a la cultura nuestra, sino a talleres culturales, artísticos (…) Es súper difícil. Y más aún en las islas, porque ahí no llega nada, el Estado no se hace cargo de eso. Entonces si nosotros nos vamos, no va a llegar nadie, nadie a mostrarle una obra de títeres, un concierto, talleres de arte, de pintura, esas cosas no van a llegar si nosotros no se las llevamos. Entonces es eso más que nada. Me hace muy feliz la Bibliolancha, me hace muy, muy feliz.