Salud para todos es el principal mensaje que la OMS busca fortalecer en el Día
Mundial de la Salud. Y si bien este año se enfoca en la salud pública, la
organización recalca que para que la salud para todos sea una realidad, se
necesita de personas y comunidades que tengan acceso a servicios de alta
calidad para que puedan cuidar de su propia salud y de la de sus familias.
En este contexto, los productos de cuidado personal juegan un papel crucial. El
acceso a artículos tan cotidianos como los pañales para niños, productos de
cuidado para adultos y de cuidado femenino, hacen una gran diferencia en el día a
día de las personas.
Un cuidado efectivo implica contar con los productos adecuados para cada etapa
de la vida. Por ejemplo, desde el nacimiento, donde los bebés podrán
desarrollarse de mejor manera si están cómodos, siendo clave un pañal que
absorba durante varias horas, al mismo tiempo que proteja la delicada piel de los
bebés manteniéndolos secos.
Asimismo, las toallas higiénicas son un elemento esencial durante el período
menstrual, permitiendo a las mujeres llevar una vida activa y sin preocupaciones
durante su ciclo.
Y mientras la tasa de nacimientos baja, la longevidad aumenta y, con ello, cada
vez son más frecuentes los casos de incontinencia urinaria, una condición que
para muchos se traduce en una vida con limitaciones al desconocer cómo manejar
de manera adecuada esta situación. Es así como, en los últimos años, ha crecido
la oferta de productos para los escapes de orina, con tecnología que brinda
movilidad y comodidad.
“En Kimberly-Clark estamos comprometidos a desarrollar productos que mejoren
la vida de las personas y estamos conscientes de la responsabilidad que significa
hacer una contribución positiva en su día a día a través de nuestros productos
como lo son los pañales Huggies, nuestra línea de cuidado femenino de la marca
Kotex o los productos Plenitud para la incontinencia urinaria” señala Leandro
Gottlieb, Gerente General de Kimberly-Clark Chile.
Además, agrega que “adoptar prácticas de higiene adecuadas en la vida cotidiana,
junto con utilizar productos que atiendan las necesidades específicas de cada
persona, permiten no sólo prevenir enfermedades, sino que también contribuyen a
una mejor calidad de vida y bienestar”