Una correcta comunicación es esencial para el desarrollo humano, tanto a nivel
individual como social. Sin embargo, durante la vejez es posible que algunas
personas experimenten alteraciones en su capacidad comunicativa, por tanto, es
fundamental atender a las señales de advertencia que podrían indicar la presencia
de un problema más grave.
La docente de la carrera de Fonoaudiología de la Universidad Santo Tomás (UST),
sede Concepción, Catalina Muñoz, explicó que estos cambios son comunes y se
deben a factores naturales propios de la edad, principalmente “a nivel cognitivo,
como la disminución de la velocidad de procesamiento, déficits inhibitorios, que
son dificultades para suprimir respuestas automáticas o inapropiadas, así como la
información innecesaria para responder a una tarea”.
Aunque, precisó que cuando hablamos de envejecimiento típico no debería
generarse una disminución de la calidad de vida, “la única interferencia se da por
el desconocimiento que existe sobre esta etapa, la disminución de socios
comunicativos por los cambios fisiológicos, la estigmatización y la creencia del
envejecimiento como patología”.
En ese sentido, para evitar una alteración patológica de la comunicación, la
experta recomienda generar planes de intervención que promuevan la
funcionalidad comunicativa, autonomía y calidad de vida de personas mayores.
“No olvidar que existen condiciones de salud que pueden iniciar con alteraciones
comunicativas tales como el caso del famoso actor de Hollywood, Bruce Willis”,
indicó.
Por eso, es importante estar atentos a las señales de advertencia que pueden
indicar la presencia de problemas de comunicación, y que podrían estar
relacionados con alguna condición patológica. Estos son: Dificultades para
comprender y mantener una conversación; seguir órdenes; olvidarse de las
temáticas de la interacción; complicaciones para formar y expresar las ideas;
olvidos persistentes de las palabras.
Para mantener una buena salud de la comunicación, en caso de detectar alguna
de estas señales, es importante consultar con un profesional de la salud y
realizarse el Examen de Medicina Preventiva del Adulto Mayor en el centro
sanitario correspondiente.