Por último, se detalla en la misiva está la pandemia COVID 19, que vio mermada la ejecución de la cartera de rezago tanto del plan piloto como continuidad.
Hasta junio del 2026, es decir, una extensión de tres años de ejecución de la Zona Rezago, es el plazo que el Gobernador Regional, Óscar Crisóstomo, solicitó al Presidente de la República, Gabriel Boric y al Subsecretario de Desarrollo Regional y Administrativo, Miguel Crispi, mediante un oficio donde detalla claramente las cifras respecto a la ejecución técnica y al estado financiero del programa que abarca nueve comunas del Valle del Itata y que debería terminar a mediados del 2023.
Por otra parte, en su misiva, la máxima autoridad regional solicita considerar otra zona de rezago para Ñuble con nuevos territorios de manera de dar cobertura a una región que registra bajos indicadores en cuanto a desarrollo social, económico e infraestructura.
El Gobernador Crisóstomo especificó que “atendiendo al estudio que realizó la unidad de Zona de Rezago más los antecedentes que han aportado los alcaldes, hemos encontrado oportuno y necesario pedir la ampliación de esta zona para poder concluir de buena manera y no caer en las mismas situaciones que se generaban con anterioridad”.
Por su parte, el Coordinador Zona de Rezago Valle del Itata Jorge Romero aseguró que “hemos visto la preocupación de nuestros alcaldes, de las comunidades y, por supuesto, también de nuestra gente en base a la ejecución de este plan, que lleva casi 8 años tanto en plan piloto como de continuidad, y es por eso que nuestro Gobernador Regional, en vista del avance técnico y financiero que hemos observado, está solicitando una extensión de plazo de ejecución con la finalidad de poder lograr concretar la mayor cantidad de iniciativas, tanto de los servicios sectoriales como del propio FNDR y por su puesto también del programa de convergencia”.
Los alcaldes de Itata
Una de las comunas incluidas en la Zona de Rezago es Portezuelo, su alcalde René Schuffeneger señaló que “se justifica plenamente la ampliación del plazo de ejecución de este plan en nuestra región por tres años a partir de esta fecha que termina, que es junio del año 2023, y esto en relación a un par de situaciones que habría que ver, primero, la tardanza en la aprobación y ejecución de este plan piloto, aparte de ello se perdió tiempo también con el escaso compromiso de las autoridades regionales y sectoriales con la ejecución de este plan; también conspiró el tema del traspaso de la zona de rezago desde la región del Biobío a nuestra reciente creación de la región de Ñuble: y por último, se vio perjudicado por el tema de la crisis sanitaria que tuvimos en nuestro país y el resto del mundo, así que justifico plenamente el hecho que pudiese prolongarse por tres años hasta el año 2026”.
Asimismo, el alcalde de Ninhue, Luis Molina, explicó que además de tener bajos ingresos en una zona de secano, la pandemia afectó la ejecución del programa por eso “respaldo al Gobernador para solicitar al Presidente de la República que nos entregue la posibilidad de tener tres años más la Zona de Rezago para el Valle del Itata, porque hay cosas que son interesante y que nos gustaría tener la posibilidad de que en estos tres años pudieran llegar recursos no solo a Ninhue sino a todas las comunas”.
Razones justificadas
En un exhaustivo análisis que llevó a cabo el equipo del Gobierno Regional, se identificó que el programa a la fecha lleva seis años y nueve meses de desarrollo y que hasta el 31 de diciembre del 2021, contaba con una ejecución técnica que alcanza el 45,2% y su avance financiero llega al 46,3%, cifras que son bastante menor a la región del Maule que inició casi en la misma fecha su ejecución del programa. A esto se suma que del total de las 165 iniciativas tanto del plan piloto como del plan de continuidad, solo se han terminado 62.
Son cuatro los argumentos que expone la máxima autoridad regional en el oficio. El primero de ellos es que en diciembre del año 2016 fue aprobado administrativamente el Plan Rezago para las comunas de Itata por un periodo de tres años hasta 2019, situación que implicó la pérdida de más de un año seis meses en la elaboración del diagnóstico y plan. Como segundo elemento, detalla, está el escaso compromiso de las autoridades regionales y sectoriales con la ejecución del plan en la administración anterior, esto se ve reflejado en las pocas iniciativas consideradas en la planificación del FNDR y el ARI Regional durante ese periodo. En tercer término, está el traspaso del territorio Zona de Rezago de la región del Biobío a la región de Ñuble, situación que afectó notoriamente la ejecución del plan ya que hubo iniciativas que quedaron entrampadas sin lograr avances en su formulación y diseño por la falta de priorización de los servicios sectoriales.
Por último, se detalla en la misiva está la pandemia COVID 19, que vio mermada la ejecución de la cartera de rezago tanto del plan piloto como continuidad.