En su sección "Soluciones Climáticas", The Washington Post ha lanzado una severa advertencia sobre el consumo de salmón chileno, instando a los consumidores a evitarlo debido a su significativo impacto ambiental. Según un reciente informe de Seafood Watch, el 64.8% del salmón producido en Chile está catalogado como de “alto riesgo ambiental”, una cifra que solo es superada por Noruega, con un 65.8%.
El informe destaca que el salmón de piscifactoría que llega a Estados Unidos proviene mayormente de Chile (48.9%), seguido por Noruega (14.6%) y Canadá (14.5%). The Washington Post subraya la importancia de optar por el salmón silvestre para reducir la huella ambiental, ya que este es capturado en su hábitat natural bajo regulaciones que previenen la sobrepesca.
Uno de los aspectos más críticos del informe es el uso intensivo de antibióticos y pesticidas en las piscifactorías chilenas, especialmente en las regiones de Los Lagos y Aysén. El exceso de nutrientes y desechos en estas áreas está dejando el fondo marino sin oxígeno, mientras que la fuga de salmones de las piscifactorías representa una amenaza constante para las especies nativas.
Las reacciones en Chile no se hicieron esperar. La organización Defendamos Chiloé, en sus redes sociales, calificó la publicación como un "bombazo" para la industria salmonera chilena y subrayó la necesidad de una "gran unidad nacional" para proteger las áreas protegidas. Además, la campaña ciudadana Áreas Protegidas Sin Salmoneras y la ONG internacional Oceana en Chile han compartido mensajes de apoyo a la alerta de The Washington Post, subrayando la urgencia de regulaciones más estrictas y una mayor transparencia en la industria.
El artículo concluye instando a una elección más responsable y sustentable de alimentos, promoviendo alternativas que tengan un menor impacto en el medio ambiente y que respeten los ecosistemas marinos.