Un corte de energía que afectó a más de 19 millones de personas en todo el país ha revelado serias deficiencias en los protocolos de seguridad alimentaria de comercios y restaurantes. A pesar de que el Reglamento Sanitario de los Alimentos (RSA) establece pautas para la conservación de productos perecibles, no contempla medidas específicas frente a interrupciones prolongadas del suministro eléctrico, lo que incrementa el riesgo de descomposición de alimentos. Expertos en seguridad alimentaria, como Diego Ponce, ingeniero en alimentos, advierten que la falta de protocolos obligatorios para cortes de energía genera vacíos en la gestión de la inocuidad en los negocios gastronómicos. Ponce también señaló la ausencia de un registro público sobre la aplicación de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) y Sistemas de Gestión de Inocuidad (SGI), lo que dificultaría mejorar la seguridad en la salud pública. Para mitigar los riesgos sanitarios, como la proliferación de bacterias peligrosas, recomienda implementar planes de contingencia que incluyan monitoreo de temperatura y respaldo energético. Además, se sugieren medidas preventivas para la conservación de alimentos durante emergencias. Este incidente ha reavivado el debate sobre la actualización de las normativas para garantizar la seguridad alimentaria en un contexto de fallas eléctricas más frecuentes.