En el marco del "Encuentro Internacional para la Producción de Arroz Sostenible y Baja en Emisiones de Metano en Latinoamérica", realizado en Chillán, más de un centenar de investigadores, representantes de la industria y agricultores discutieron las innovaciones implementadas en la producción de arroz en la región, con énfasis en la sostenibilidad. Este evento, organizado por INIA Quilamapu, permitió intercambiar prácticas centradas en la reducción de gases de efecto invernadero y la optimización del uso de agua en la producción de arroz.
Karla Cordero, investigadora y encargada del programa de mejoramiento genético de arroz de INIA, destacó que este encuentro facilitó una actualización sobre las tendencias globales de sostenibilidad en el cultivo de arroz y cómo Chile se está alineando con ellas. En particular, Cordero explicó que, en Chile, se están explorando innovaciones como la eliminación de la inundación tradicional y la implementación de riego eficiente, como el goteo subterráneo, para reducir el uso de agua y minimizar las emisiones de metano.
Durante el encuentro, se compartieron experiencias de países como Brasil, Argentina, Ecuador, Uruguay, Panamá y Chile. Brasil, el mayor productor de arroz de la región, ha apostado por estrategias de rotación de cultivos y monitoreo de emisiones, mientras que Ecuador ha comenzado a aplicar el Sistema de Intensificación del Arroz (SRI), que reduce el uso de agua y fertilizantes. Uruguay, por su parte, ha adoptado un modelo sustentable con grandes extensiones de cultivo, rotación de cultivos e inclusión de ganado, mientras que Panamá ha logrado avances significativos en la expansión del SICA entre pequeños agricultores.
En cuanto al arroz chileno, Karla Cordero destacó su singularidad como el arroz más austral del mundo, especializado en la variedad Japónica (grano largo ancho), que se diferencia del arroz Índica comúnmente producido en la región. Este arroz de nicho tiene características culinarias diferenciadas, pero enfrenta el desafío de su limitado mercado global.
Cordero explicó que el programa de mejoramiento genético que lidera ha impulsado el desarrollo del “arroz climáticamente inteligente”, centrado en la incorporación de rotaciones de cultivos para mejorar la sostenibilidad y productividad. Este enfoque ha dado buenos resultados en la región de Linares, donde algunos productores han comenzado a rotar arroz con hortalizas, lo que permite utilizar suelos no necesariamente arcillosos para retener agua.
Con el objetivo de fomentar una producción más sostenible, INIA, junto con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), ha estado desarrollando parcelas de validación desde 2020 para evaluar los beneficios del SRI y otras técnicas sostenibles. Estos métodos, que no requieren inundación, han demostrado ser viables para obtener altos rendimientos sin comprometer la calidad del arroz, incluso mejorando su textura y sabor.
El encuentro internacional subrayó la importancia de compartir conocimientos y estrategias entre los países de Latinoamérica para avanzar en la sostenibilidad del cultivo de arroz. Con la colaboración internacional y el impulso de tecnologías innovadoras, se espera que la producción de arroz en la región se vuelva más eficiente y respetuosa con el medio ambiente.