Ana María Flores, directora del establecimiento desde hace 8 años y Elvira Arias,
educadora del nivel heterogéneo que atiende a 19 niños y niñas del sector, se quedaron
sin la posibilidad de llegar al único jardín infantil del sector, ya que ambas residen en
Coihueco.
Una de las principales preocupaciones de la directora del jardín infantil eran cómo la
emergencia climática afectaría a los niños y niñas, además, de no poder apoyar a las
familias y no tener certeza de la situación que cada miembro de la comunidad educativa
estaba viviendo. A lo anterior se suma que desconocían cómo estaba la infraestructura
del jardín infantil de Integra, ya que el camino a Minas del Prado estaba cortado y los
equipos de la oficina regional no habían podido llegar hasta el lugar.
A pesar de la distancia, la directora siempre se preocupó de mantener una comunicación
constante con las familias, el equipo del jardín, los trabajadores y trabajadoras de la
oficina regional de Integra. Por otro parte, el apoyo del municipio y las juntas de vecinos
fueron indispensables para avanzar y sentir que se podía salir adelante, a pesar de la
adversidad. “Sabía que, lamentablemente, la casa de una familia había resultado
anegada, y que habían tenido que trasladarse al albergue, pero dentro de todo, ellos
estaban bien”, asegura Ana María, rescatando lo positivo de esta tragedia.
Gracias a parte del equipo educativo que vive en Minas del Prado, como María Insunza,
manipuladora de alimentos, e Iris Ferrada, auxiliar de servicios pudieron constatar que el
jardín infantil no había tenido fallas ni filtraciones: “Fue gratificante darnos cuenta que
nuestro establecimiento no había sufrido ningún daño, por lo que nos pusimos manos a
la obra, para atender a los niños y niñas, apenas las condiciones del tiempo lo
permitieran”, confirmó la directora.
Por su parte, Cindy Barros, apoderada de Matías (que asiste al jardín infantil Minas del
Prado), agradeció la reapertura del jardín infantil ya que su hijo preguntaba todos los días
cuándo podría volver: “Matías es hijo único y el jardín le da la posibilidad de compartir con
otros compañeros. Le gusta, se divierte, se distrae y le permite aprender cosas nuevas,
que no puede aprender en la casa”. De esta manera, reconoce la importancia que tiene el
jardín infantil en la vida de las infancias, porque significa entregar un espacio de juego,
bienestar y cuidado.
En tanto, la apoderada de Julieta y Katherine Fuentes, y la mamá de Mateo, agradecieron
la rápida apertura del jardín y destacaron el papel que jugó el equipo educativo durante la
emergencia, siempre apoyando y estando atentas a las necesidades de las familias, a
pesar del aislamiento.
Felipe Opazo, Director de Fundación Integra Ñuble, se sumó a las palabras de las familias y
destacó el trabajo de los equipos en contexto de emergencia y el apoyo que entregan a
sus comunidades educativa, incluso a distancia: “En casos de emergencia, los jardines
infantiles bridan un lugar seguro y de contención socioemocional para niñas y niños, y
ofrecen apoyo a las familias en este momento tan importante, por lo cual, apenas se
abrió el camino que permitiera el paso del equipo de Integra, quisimos estar allí”.
El Director Regional agregó que los comités de emergencia de Integra sesionaron a diario,
desde el viernes 23 de junio, para realizar el levantamiento de la situación de
trabajadoras/es, niñas/os, en paralelo, las direcciones de las regiones afectadas trabajaron
articuladamente con los equipos educativos.
En la Región de Ñuble, la emergencia climática obligó a suspender la atención de cuatro
de los 53 jardines infantiles de Integra, por problemas en infraestructura o inconvenientes
en la accesibilidad, productos de las lluvias.