En Chile, noviembre es el mes dedicado a la prevención de la salud masculina, con un enfoque especial en el cáncer de próstata. Esta enfermedad, que afecta a miles de hombres en el país, sigue siendo una de las principales causas de muerte por cáncer en este grupo, pero con un diagnóstico temprano, las perspectivas de cura superan el 95%.
Cada año en Chile, se detectan alrededor de 8,000 casos nuevos de cáncer de próstata, y lamentablemente, más de 3,300 personas fallecen debido a esta enfermedad. Sin embargo, es importante destacar que el pronóstico es altamente favorable si se detecta a tiempo.
El Dr. Christian Ramos, urólogo de Clínica MEDS, enfatiza la importancia de los exámenes preventivos, ya que el cáncer de próstata en sus etapas iniciales no presenta síntomas y puede tardar en manifestarse. El diagnóstico precoz se realiza a través de controles del nivel plasmático de antígeno prostático específico y la palpación de la próstata en busca de signos de crecimiento anormal.
El Dr. Ramos también señala varios factores que influyen en la prevalencia del cáncer de próstata, como antecedentes familiares de la enfermedad, antecedentes de cáncer de mama en la familia y factores raciales, con una mayor predisposición en la población de raza negra.
El llamado a la prevención es claro: se recomienda una evaluación de riesgo basal a partir de los 40 años, y en caso de antecedentes familiares, se deben realizar controles anuales a partir de los 45 años. La detección temprana es fundamental para un tratamiento efectivo.
Dado que el cáncer de próstata no suele presentar síntomas en sus etapas iniciales, es importante estar alerta a posibles signos como la hematuria (orinar con sangre), dificultades para orinar y dolor lumbar u óseo en general.
En cuanto a los tratamientos disponibles, el Dr. Ramos menciona que estos varían según la etapa en la que se diagnostica el cáncer e incluyen cirugía, radioterapia y supresión hormonal. Dado que no existe una estrategia de prevención primaria para este tipo de cáncer, la clave está en la prevención secundaria, es decir, la detección temprana.